jueves, 19 de enero de 2012

2. Ahí estaba él.

... era él, Aday, ¿cómo diablos había encontrado mi número? hacía un mes que había cambiado de compañía, me habían dado un número nuevo y con él no hablaba desde hacía dos meses y medio. Las chicas me miraban atentas para ver mi reacción, rápidamente le di a "contestar".
Laura: ¿Sí?
Aday: ¿Laura?
Laura: ¿Quién eres? -me hice la loca-.
Aday: Soy yo, Aday.
Laura: A-a-aday... ¿qué quieres?
Aday: Hablar... quiero hablar.
Laura: ¿Hablar de qué?
Aday: Del error que cometí.
-Puse el altavoz para que mis amigas oyeran-
Laura: ¿Perdón Aday, qué has dicho? No te he escuchado bien. -Dije para que mis amigas me dijeran si habían oído lo mismo que yo-.
Aday: Que quiero hablar Laura, hablar del error que cometí, el error que cometí al dejarte sola, sin volver a dirigirnos la palabra, me avergüenzo de mí mismo... -Pude oír cómo lloraba-
Laura: Aday... ¿después de dos meses y medio de haberlo dejado quieres hablar ahora?, ¿qué pretendes?
Aday: Tu perdón... quiero tu perdón y una oportunidad.
Laura: ¿Una oportunidad?, ¿para qué?, ¿para que me dejes igual que la última vez?, ¿para sufrir como hice?, no Aday, no volveré a caer a tus pies.
Aday: Laura, dame solo una oportunidad para hablar, decirte lo que siento, por favor, solo pido eso.
Laura: ¿Y cuándo se supone que quieres verme?
Aday: Hoy es lunes dos, el jueves es la cabalgata de Reyes de mi barrio, ¿por qué no hablamos ahí? ven con tus amigas si quieres.
Laura: Hecho, a las cinco y cuarto te quiero ver en el parque de la iglesia.
-Escuché poco antes de colgarle un "te quiero"-
Las chicas sorprendidas empezaron a gritar, las paré diciéndoles que se calmaran, y Lorena me preguntó:
Lorena: Laura, ¿vas a ir?, ¿hablarás con él?
Laura: Sí Lorena, sí, al menos podré abrazarlo, espero que me salude con un abrazo... solo espero.
Lorena: Laura, no aprendes sufres por boba.
Sofía: ¡Cuánta razón Lorena! Laura por favor, no te dejes llevar...
Laura: Chicas, sé lo que queréis decir, también pienso eso yo... pero... sigo amándola con todas mis fuerzas, y tengo ansia de verlo, lo necesito en mis brazos.
Así fue, el día cinco de enero era la cabalgata de Reyes, pasé a buscar a Lorena y a Sofía, que estaban en casa de Amanda. Eran las cinco y en cinco minutos nos íbamos a poner en el parque, cuando llegué, allí estaba él, había llegado antes, no como en el pasado, que tenía que esperar yo por él, las chicas me dijeron:
"Ahí está, nosotras nos vamos a tomar algo mientras tu hablas, estamos en el bar de en frente, te queremos, suerte hermana, suerte", -me dieron un abrazo y se marcharon-.
Iba hacia él y sentía cómo las piernas me temblaban, estaba tan guapo como siempre, con un gorro nuevo, sus vans, sus pantalones ajustados, una camisa de los lakers y un súeter que había dejado en el banco, sus ojos verdes brillantes los podía apreciar a más de seis metros de distancia, era tan perfecto, me caí al suelo al estar pensando en estas tonterías que me tenían enamorada y me hacían sufrir. Fue corriendo a levantarme y me dijo:
"Pequeña, ¿estás bien?, ¿qué te ha pasado?"
Le iba a decir que me tropecé con la liga del zapato, pero la vergüenza me lo impedía.
Aday: Laura... lo que quería decirte era que...
-Le callé con un beso, no aguantaba más esas ganas que tenía, era un imbécil, lo sé, pero ¿y qué? lo quería con todas mis ganas, tenía antojo de él, fue un beso de esos que te llevan al infinito, que te hacen ver todo diferente por un instante, como si estuviéramos solos, él, y yo, solo nosotros-.
Aday: Laura... este beso me ha hecho olvidar lo que te iba a decir, déjame hacer memoria, -me levantó y vi como soltaba una pequeña carcajada-.
Laura: Dime, y lo siento.
Aday: Ten en cuenta que este beso me asegura más lo que quería decir. Ahí voy... Laura, desde hace mucho tiempo he vuelto a soñar contigo, han pasado muchas chicas detrás de ti, pero es increíble, ninguna ha sido como tú, ninguna mejor, tú has digo única, cuando comencé a soñar contigo volví a ver tus fotos, y veía como en ninguna tenías una sonrisa natural, sabía que era por mi, sabía que fui el hijo de puta más grande de este mundo, que te hice daño... -suspiró y a mí me salieron las lágrimas- jamás podré perdonarme el daño que te he hecho, pero de lo que estoy seguro es de que por primera y última vez en mi vida estoy enamorado, enamorado de ti, de la chica a la que un día le hice lo peor que se le podía hacer a alguien. Siento amor por ti, es como una sensación parecida al vértigo, pequeña, ¿a ti también te pasa?
No le contesté y le di un abrazo que duró dos minutos, quizás más, no podía hablar, me había dejado muda, me había impresionado totalmente, ¿Aday diciéndome eso?, dice que está enamorado de mí.
Aday: Tengo que decirte algo más, que tienes todo el tiempo del mundo para pensar, es que...

lunes, 16 de enero de 2012

1. En un frío invierno no hay nada mejor que una tarde de amigas.

Era día dos de enero, segundo día del nuevo año, un año para el que había prometido cambiar. -¿Os preguntaréis? ¿Por qué cambiar? La explicación para esa pregunta que os hacéis es porque en el pasado año pasé muy malas rachas, como es normal en toda persona, pero las mías a pesar de siempre al estar con gente sonriera, en la soledad mis lágrimas hacían mares. Tras amores, amistades, problemas familiares, extrés a causa de las notas, y si continúo con mis penas no termino. Mis mejores amigas, las que nunca me habían fallado, a las que quería como mis hermanas prometieron ayudarme con mi propósito, cambiar.-
Como iba diciendo... día dos de enero, hacía un frío tremendo, que me tenía congelada, esa tarde pensaba quedar con las chicas en el parque, pero el frío me lo impedía y las invité a tomar un chocolate caliente en mi casa mientras veíamos una película y comíamos palomitas, ellas aceptaron sin rechistar, y es más, me entendían, eso iba a ser una tarde muy bonita.
Vimos una película que nos hizo llorar, y gracias a mi madre que había comprado pañuelos la manaña de ese día, porque nuestras lágrimas eran inmensas. Era una película de amor, en la que un chico daba todo por la chica a la que amaba, ella no le hacía caso debido a su aspecto físico, pero esa chica cambió y se dio cuenta que detrás de todos los novios que había tenido él era el que de verdad la quería y si le prometía un siempre lo iba a cumplir, desde ahí he comenzado a luchar por mis sueños, con esto quiero decir que me reflejo en esa película, y yo me pongo en la situación del chico, debido a que yo no creo que sea una chica guapa, que llaman la atención, con unas piernas y unas caderas perfectas, pero puedo asegurar que tengo un gran corazón.
Al terminar la película las chicas querían pasar a mi habitación para sacarnos fotos, es algo que nos encanta y nos gusta que la gente vea lo feliz que somos... al menos felices en las fotos, nadie dice que eso sea en la realidad.
Así hicimos, aprovechamos que mis padres habían salido porque habían ido a casa de mi abuela nos dirigimos a la cocina para coger el bote de nutella para hacer travesuras con él y para sacarnos fotos. Descubrí el chocolate que mi madre escondía, y también lo cogimos, pero de lo que abusamos fue de la nutella, es un vicio incontrolable.
Mi mejor amiga encendió mi portátil y entró en su tuenti, en las novedades salió una persona que formó parte de mi pasado, de mi hundido pasado, él, Aday. No pude contenerme y me lancé a ver sus fotos, salía en un banco, luego en un árbol, luego en una plaza cerca de mi casa, era muy fotogénico y un chico que me hipnotizaba con su sonrisa, creía seguir sintiendo algo por él, quizás menos, lo más seguro, pero sentía. -Tuvimos una relación que duró tres meses, tres meses en los que era feliz, lo nuestro terminó, era lógico, él era un chico rubio, alto, era skater, vestía muy a la moda, ojos verdes, sonrisa perfecta, él era perfecto, comparado conmigo... yo una chica de pelo castaño y ondulado, alta también, con unos ojos marrones, una nariz como la de las modelos y mi sonrisa no era para nada bonita, la de él me enamoraba, la mía seguramente le daría asco. Pero según él lo nuestro no terminó por la apariencia física sino porque "ya no sentía lo mismo", ya claro, eso dicen todos, al menos todos los que han pasado por mi vida.- Mis amigas rápidamente me quitaron el portátil porque ya sabían lo que había sufrido por él.
Tuvimos una conversación:
Lorena: ¿Lucía qué haces?
Amanda: ¿Quieres que nos enfademos contigo?
Sofía: Siempre es lo mismo tía, te hemos dicho que no lo mires, no pienses en él.
-Contesté de muy mala manera-
Yo: ¿Qué pasa?, ¿que tiene que ser todo lo que digan ustedes ustedes? Parece que son mi madre, no quiero haceros caso.
Ellas a la vez: ¿Perdona, Laura? Solo te queremos ayudar.
Rompí a llorar pidiéndoles perdón, gritando "lo quiero, todavía lo quiero" ellas sin pensarlo se abalanzaron hacía mí, abrazándome muy fuerte, y les pedí perdón por mi contesta, que era solo un impulso y me comprendieron, de repente sonó el móvil, y era...